Si se toman medidas a tiempo ¡casi todos los problemas tienen solución! Lo importante es conocer el modo seguro de “descubrirlos’ primero y de combatirlos después. Aquí tiene los que se presentan con más frecuencia en los jardines.
Guerra a los insectos
La primera regla, no extermine o ahuyente a todos los animales de su jardín. Tenga en cuenta que muchos no les hacen ningún daño a las plantas. ¿Sabía usted, por ejemplo, que las lagartijas, las ranas y muchos pájaros resultan en realidad beneficiosos? La razón es que se alimentan de insectos, y una gran parte de éstos se alimenta a su vez de las plantas. Claro que tampoco todos los insectos son perjudiciales. Hay algunos que destruyen a los verdaderamente dañinos, y que son una bendición en el jardín. Aprenda a diferenciar unos de otros antes de tomar medidas drásticas.
Para mantener los insectos indeseables y otras plagas lejos de su jardín, mantenga éste tan limpio como pueda. En el otoño, o cuando por alguna razón las hojas se caigan de las plantas, recójalas tan pronto como pueda. Haga lo mismo con las plantas muertas, los tallos, etc. Mediante esta labor de limpieza, evitará que los insectos encuentren lugares escondidos donde “anidar” y multiplicarse. Otra cosa que debe hacer es mantener libre de malas hierbas y bien suelto el terreno alrededor de las plantas, así como aplicarle un buen abono (tal vez de estiércol o de hojas) para revitaüzarlo y conservar mejor la humedad.
De todas formas, acostúmbrese a inspeccionar periódicamente su jardín. Si encuentra unos pocos insectos indeseables, le será fácil deshacerse de ellos con las manos (protegiendo éstas con guantes, por supuesto). Si los ve en gran número, es conveniente que tome otras medidas, como rociar un insecticida adecuado en los lugares afectados.
Combatiendo las enfermedades
Comience la batalla contra las enfermedades en el momento mismo de sembrar las plantas. ¿Cómo? Pues colocándolas con el suficiente espacio entre una y otra para que se ventilen bien y reciban abundante luz solar. Esto solo evita el exceso de humedad y, como consecuencia, las enfermedades debidas a hongos se reducen considerablemente. Al mismo tiempo, esta distancia permite que las raíces crezcan a toda su capacidad y que la planta tenga espacio para desarrollarse.
Es también importante que su jardín tenga un buen drenaje. El agua acumulada contribuye a que se pudran las rajces y las plantas se debiliten, haciéndolas de este modo mucho más susceptibles al ataque de enfermedades.
Si tiene una huerta en el jardín, procure rotar los cultivos cada uno o dos años. De este modo no sólo evitará que se “gasten” algunas de las sustancias nutritivas del terreno, sino que lo conservará siempre saludable.
Finalmente, ya sea que plante flores O verduras, trate siempre sus plantas con suavidad y delicadeza. El virus de una enfermedad a veces penetra en la planta por alguna lesión provocada por manipularla descuidadamente.
Como se controlan us malas hierbas
¿Qué son las malas hierbas? Simplemente plantas indeseables, muy fuertes, que pueden “tomar control” del jardín si no se toman medidas adecuadas para exterminarlas. Las malas hierbas tienen tambien el inconveniente de que sirven de guarida a toda clase de insectos dañinos. Para exterminar las malas hierbas, la forma más rápida es emplear productos químicos. No obstante, si prefiere no utilizar éstos, también es posible mantenerlas bajo control por medios naturales. Una azada, o sencillamente las manos protegidas por guantes, le bastarán para eliminar las malas hierbas siempre que superficie del terreno, pero sin introducirla a mucha profundidad, ya que podría dañar también las raíces de las plantas. Si cuida de eliminar las malas hierbas durante una estación, apenas crecerán durante la próxima, y las plantas en cambio se desarrollarán mejor.
Preparación del terreno.
Los tres minerales más importantes en el terreno son el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Lo ideal, sobre todo si tiene un jardín de mucha extensión, es que haga examinar el terreno por un profesional competente para ver qué elementos tiene que agregarle mediante el abono. En todo caso, la mayoría de los fertilizantes que se venden en el mercado contienen los tres minerales mencionados y puede usarlos convenientemente.
Si vive en un clima con las cuatro estaciones bien marcadas, y quiere preparar su terreno al comienzo de la estación con fertilizantes naturales, puede empezar en el otoño por extender una capa de 5 a 7’/2 cm (2 a 3 pulgadas) de abono de estiércol, antes de removerlo bien para voltearlo y desmenuzar los terrones. Cubra luego la tierra con una mezcla de hojas de roble y de pino, y déjelo descansar durante el invierno. En la primavera, cuando el terreno esté descongelado, debe removerlo bien nuevamente (mientras más suelto esté, con más facilidad crecerán las plantas). Cuide también de eliminar las malas hierbas, así como las piedrecillas, ramitas y restos de hojas y raíces, de manera que el terreno esté bien limpio a la hora de sembrar.