La fibra alimentaria es el componente indigerible de los alimentos, es decir, la parte que el aparto digestivo no puede desmoronar. Consumir alimentos con alto contenido de fibra ayuda a corregir problemas de estreñimiento, síndrome de intestino o colon irritable, hemorroides y diverticulosis, además de reducir el colesterol, prevenir la diabetes, enfermedades cardíacas y algunas formas de cáncer.
Incorpore más verduras y frutas diariamente en las primeras y últimas horas del día, los cuales poseen buena cantidad de fibra, recomendable ingerir alrededor de unos 30 gramos de fibra por día como parte de la dieta habitual, sin olvidar que el cambio alimentario debe producirse en forma paulatina.
Los alimentos de mayor contenido en fibra son los higos, naranjas, ciruelas, manzanas, peras, colifror, chauchas, brócoli, arvejas, frijoles y zanahorias.
Sustituya el pan blanco por el negro integral y coma con frecuentemente cereales secos, arroz integral, pasta integral, avena y maíz.
Agregue al desayuno cereales de salvado. Verifique la cantidad de fibra que contiene cada cereal, la composición puede variar bastante.
Consuma granos de cereales cocidos entre las comidas al menos día de por medio.
Incorporar verduras a sus guisados y salsas, de manera de consumir su fibra como parte de sus comidas cotidianas.
No pelar la piel a la fruta pues allí se encuentra la mayor parte de la fibra de la misma.
Agregar semillas o frutos secos a las ensaladas ya que son excelentes fuentes de fibra y de importantes micronutrientes.
Comer vegetales con piel y tallos, como patatas, acelga o espinacas.
Ralle pan integral o esparsa semillas sobre los platos a ser consumidos, para de esta manera agregarle fibra.
Busque nuevas recetas que contengan salvado de trigo, para agregar a la dieta cinco veces a la semana.
Es muy importante la ingesta de al menos 6 vasos de agua diarios, con una dieta rica en fibra.