Uno de los postres más versátiles por su facilidad de preparación es la gelatina, además de poseer una extra ventaja de no contener carbohidratos ni grasas, lo que la hace sencilla de digerir para nuestro organismo.
Pero para una buena presentación, la cual puede siempre ser diferente pues los moldes ofrecen muchas variedades de formas, se pueden seguir algunas técnicas sencillas para que a la hora de sacarla del molde no pierda su forma o la gelatina se quiebre.
– Para que no pierdan sus formas, antes de colocar la gelatina dentro de cada uno de los moldes, es recomendable colocar éstos en la heladera por un tiempo para que se enfríen.
– Untar, pero no mucho, por las paredes internas de los moldes aceite en spray, mantequilla o clara de huevo batida previamente. Esto ayudará a evitar que la gelatina no se pegue por las paredes de los moldes, facilitando considerablemente el desmolde. Aunque se debe considerar que éstos pueden llegar a cambiar un tanto el sabor de la gelatina, es cuestión de probar cada uno y ver como resultan.
– Otra opción para asegurar que la gelatina no pierda su forma es la de preparar un poco de agua caliente y sumergir los moldes por un segundo en el agua, lo que hará que la gelatina se derrita en la superficie de ésta que está en contacto con las paredes de los moldes, haciendo más sencillo el trabajo de retirarlas. También puede utilizarse un soplete de cocina para calentar un poco los moldes, los cuales por supuesto deberán ser resistentes al calor, de lo contrario esto no funcionaría.