Ingredientes (para 4 personas):
Base:
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva.
- 1 vaso de agua (fría)
- 50 cl de agua templada
- ½ kg de harina
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de levadura
- Condimentos:
- Sal
- 2 dientes de ajo
- 250 gr de mozarella
- Albahaca seca
- 4 tomates
Preparación:
- Pela los tomates, córtalos en rodajas y saltéalos en aceite, con el ajo bien picado y triturado y un poco de sal. Escúrrelo y apártalo.
- Para la masa, mezcla primero la levadura con 25 cl de agua templada y se deja reposar hasta que salga espuma. Aparte, mezcla 150 g de harina con la sal y añade los otros 25 cl de agua templada, dos terceras partes del base de agua fría, el aceite y la levadura. Mezcla todo, incorporando lentamente lo que queda de harina de forma que vaya absorbiendo el líquido (corrigiendo la cantidad de agua si hace falta). Cuando tenga consistencia como para formar una bola, colócalo encima de una superficie enharinada y amasa con la mano durante 10 minutos. Ve añadiendo harina poco a poco hasta que la bola tenga una textura suave y elástica. Prepara un bol untándolo con un poco de aceite, reparte aceite por la bola con un pincel y déjala reposando en el bol a temperatura ambiente durante dos horas.
- Pasadas dos horas, vuelve a amasar un poco con los nudillos para que no se formen burbujas.
- Estira la masa con los dedos hasta conseguir una base de pizza de no más de medio centímetro de espesor, pero aumentando un poco la altura en los bordes.
- Pon sobre la masa los tomates que has apartado previamente, ¼ de kilo de mozzarella desmenuzada y espolvorea la albahaca seca. Introdúcelo en un horno precalentado al menos a 260º (horno de piedra sería ideal). Hornea unos 10 minutos o hasta que veas la corteza dorada y el queso burbujeando. Retírala y déjala enfriar un par de minutos antes de cortar y servir.