Justo cuando empieza la tan esperada temporada de calor, se apetece el tener siempre dentro del refrigerador una bebida que pueda refrescarnos, que sea sana y deliciosa. Tan simple como prepararse una jarra muy grande con tu té favorito por las mañanas, lo refrigeras y tendrás un refrescante té por el resto del día.
TÉ HELADO TRADICIONAL
Ingredientes:
– ½ litro de agua hirviendo y otro ½ litro de agua fría.
– 5 cucharadas o 4 bolsitas de tu te favorito.
– 1 cucharada sopera de azúcar
– jugo de 1 limón o si lo deseas, 1 cucharada sopera.
Se calienta el agua, para luego añadir el té, dejar hervir por unos 3 minutos y temperar. Se cuela, y se pasa el líquido a una jarra grande, se agrega el azúcar y se remueve hasta que se resuelva por completo. Por último se le agrega el otro medio litro de agua fría y se mete en la nevera hasta que se enfríe. Cuando se sirva, se añade el jugo del limón y listo! Añade hielo al gusto.
Existen tres maneras de preparar el té helado:
- Infusión: Es la infusión de siempre. De agua a punto de ebullición a la que luego se le añade el té, se deja reposar y luego se enfría en la nevera.
- Infusión concentrada: Procede a hacer la infusión de la forma habitual, pero agrega menor cantidad de agua. Cuando se atempere, añade muchos cubitos de hielo, así se logrará enfriar mucho más rápido.
- Maceración: En una jarra añade la cantidad de te por cada litro servido, agrega agua, azúcar o miel si lo deseas. Deja la jarra en la nevera por toda la noche y a la mañana siguiente tendrás un fresquísimo té helado.