Historia de la danza de Haití

Las influencias danzarias de Haití sobre el resto de los países del área del Caribe y Latinoamérica, así como sobre numerosos países involucrados en se colonización se constata en muchos de los bailes folklóricos de esta regiones, que delatan un pasado negro y de mestizaje.

La propia isla constituye un ejemplo de diversidad cultural, en la cual las costumbres y características de sus pobladores primigenios: los arawak, se imbrican, con las tendencias que introdujeron, por un lado los esclavos africanos, y por otro los colonos de diferentes nacionalidades que se establecieron en el país, provenientes de lejanas latitudes como Francia y España.

Esta confluencia de nacionalidades, en la que las tradiciones propias y ajenas sufrieron un proceso de fusión y, finalmente, transculturación, dio paso a un mosaico cultural rico y diverso, en el que el folklor y el arte perdieron sus fronteras para convertirse en una sola identidad caribeña multinacional.

En Haití, canto, música y baile forma un sistema inseparable de fuertes raíces en la religión de vudú, que a pesar de su concepción oscurantista en occidente, para los haitianos es una forma de vida y bajo ese criterio está implícita en los bailes. Por lo tanto, la mayoría de sus danzas tienen un fuerte arraigo religioso, y se desarrollan como parte de rituales de este tipo.

La relación baile/música en el desarrollo de la cultura haitiana es ineludible. La danza haitiana se apoya en una música fuerte y pasos enérgicos y muy movidos. Tanto estas danzas como los rituales religiosos favorecieron la preservación de las formas sagradas y sociales del arte en un contexto marcado por la explotación colonial y las duras condiciones de vida y trabajo.

Entre las expresiones danzarias más reconocidas del país, se encuentra el kompas, del criollo haitiano, que se refiere a una música compleja con influencias de ritmos africanos y bailes europeos de salón, desarrollada por la incipiente burguesía nacional. También es notable la realización del carnaval de Haití, catalogado por muchos como una de las experiencias más impresionantes para quien visita la isla.

El panorama contemporáneo de la danza del país cuenta con algunos exponentes de reconocimiento internacional en esta área, como es el caso del coreógrafo Jeanguy Saintus, cofundador de la compañía Ayikodanse y director de la escuela Artcho Danse y el Teatro Estudio Dansepyenu, para jóvenes con talento pero carentes de recursos para financiarse una educación artística.

Iniciativas como estas abren las puertas de la danza para todos y favorecen su desarrollo para beneplácito de la cultura haitiana.

 

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Categorias: Danza
Ultima modificación: 05/08/2013