Pasos de baile para el mambo

Enérgico, como el origen africano de su nombre, el mambo se compone de pasos precisos y un tempo ágil, que lo convirtieron en solo unos años en el sustituto del baile que lo engendró: el danzón. Nació en Cuba, como tantos otros ritmos de primera mitad del siglo XX, pero hizo las delicias de clubes y salones en todo el mundo, especialmente Estados Unidos.

Importantes figuras del panorama rítmico cubano de la década del 30, como Arsenio Rodríguez e Orestes López Cachao,  intervinieron en su creación, movidos por un deseo natural de experimentar nuevas sensaciones a través de la música y de revolucionar constantemente los géneros existentes. La persistente obsesión por la innovación y el virtuosismo criollo gestaron el mambo.

Luego otros como Beny Moré y Dámaso Pérez Prado, perfeccionaron el mambo del danzón, como se le conocía, a partir de la síncopa del son montuno. Además, agregaron instrumentos a la orquesta tales como el saxofón y los trombones, lo cual no solo transformó de manera definitiva la sonoridad del danzón, sino que lo ubicaron en el primer lugar de las listas de éxitos y en los concursos de baile de salón.

Por otro lado, Pérez Prado logra, mediante la introducción de elementos del Swing estadounidense dentro de las composiciones, que lo lanza a la fama fuera de la isla y hasta los espacios más importantes de la vida cultural americana y mundial. Sin embargo, no fueron solo las novedades melódicas las que cautivaron al público.

El nuevo ritmo causó una conmoción entre los bailadores, habituados al danzón e invadidos como un vendaval por este carnaval de manos y piernas al aire, la sensualidad de los movimientos de caderas y hombros, y la formación de figuras que lo convertían, sin dudas, en un espectáculo para la vista.

Para bailarlo se sigue un ritmo sincopado que combina y fusiona la música africana, el jazz y los géneros hispanoamericanos. Es necesario marcar los cuatro tiempos con movimientos intensos y constantes flexiones de las articulaciones de los pies y los brazos, acompañado también de un ladeo de la cabeza hacia delante y hacia atrás.

La ejecución del mambo requiere velocidad de pies y mucha energía para mantener un movimiento incesante de todo el cuerpo, y aunque a diferencia de otros ritmos presenta un tiempo de silencio en cada compás, que implica una parada de los bailadores. Puede realizarse de manera individual o por parejas, y admite numerosas combinaciones que lo convierten en uno de los bailes más activos. Sus movimientos delatan el legado de ritmos africanos y otros como el swing, pero mantiene una originalidad refrescante y atractiva.

Por más de dos décadas se mantuvo como uno de los géneros preferidos por la audiencia, y aún hoy, luego de sufrir fusiones y transformaciones, se mantiene como uno de los ritmos más respetados y de referencia para conocedores y principiantes de todas las culturas del planeta.

 

 

Un poquito más de los pasos

 

 

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Categorias: Danza
Ultima modificación: 05/08/2013