El yoga como disciplina integral trabaja diferentes aspectos psicológicos y emocionales y nos da un equilibrio interior. Así, estamos más tranquilos y conectados con nuestro cuerpo, por eso, comemos lo justo cuando tenemos hambre y preferimos alimentos nutritivos, sanos y naturales que nos hagan sentir bien.
De una forma paulatina, sin dietas y con equilibrio, podemos dejar de comer por ansiedad y comemos de manera más sana y vamos incorporando casi naturalmente hábitos mejores. Por eso, lo más seguro es que nuestra figura mejore, pero en el camino de la salud y no en el de la prohibición y la obsesión por la belleza. También es cierto que vamos a tener más flexibilidad y mayor tono muscular que moldee nuestro cuerpo. Con el tiempo empezamos a notar la transformación. Algunas posturas ayudan a tonificar y a disminuir la grasa localizada y nos dan una figura mejor.
El yoga quema calorías, pero el hatha yoga clásico es suave porque hay que sostener las asanas. El vinyasa es su versión más activa y también más atlética y exigente, es un ejercicio cardiovascular que puede ejercer un efecto más notorio de pérdida de peso. Dentro de esta categoría están las secuencias como los saludos al sol, el ashtanga yoga, el powa yoga, el jivamukti o el anusara yoga. Al principio, cuando empezamos practicar deporte nuestro cuerpo debe acostumbrarse a las actividades que vamos a hacer.
No es suficiente realizar ejercicio sin más, sino que debemos saber cómo lo vamos a hacer porque si no podemos hacernos daño o provocarnos una lesión. Por eso, debemos hacer actividades más suaves que nos ayuden a acostumbrarnos y el yoga para principiantes puede ser una de ellas.