Quien practica deportes habitualmente, al nivel de los atletas o deportistas, debe de la misma manera, que en su rutina de ejercicios, llevar un régimen alimenticio proporcional al tipo de exigencia que demanda la intensidad de la actividad física, considerando al mismo tiempo otros factores importantes como la edad, la salud general de la persona y su estilo de vida.
La nutrición adecuada suele ser un factor de confusión, en especial en relación a cuánta cantidad y lo que se debe o no consumir, antes y durante el entrenamiento u alguna competencia para la que el atleta se esté preparando. A continuación algunas acotaciones con respecto a esto:
Incremento en la ingesta de proteínas buscando aumento de masa muscular. Generalmente se tiene la idea de que se requieren de más proteínas para que el cuerpo logre crear más músculo, lo que no es necesariamente así, pues si se hace esto, lo que reste de aquella ingesta se tornará en grasa, lo que derivará en sobre peso, deshidratación o diarrea. Para aumentar la masa muscular la mejor vía es con ejercicios para el efecto. La ingesta aproximada y recomendada para un atleta es de dos gramos por kilogramo de peso corporal de proteína, en forma de carne o legumbres (60 gramos equivaldría a 7 gramos de proteína).
Ingesta de alimentos azucarados, chocolate o miel, previo a una intensa actividad física como una competencia, deriva en realidad en una merma en el rendimiento físico del atleta, derivando en un incremento en la insulinemia y glucemia, alterando el metabolismo de las grasas, resultando en baja de azúcar. Se pueden consumir hasta 300 ml de fructosa, previo a la actividad física.
Ingestión de suplementos nutricionales y vitaminas. En el caso de los suplementos, éstos se sugieren a deportistas con dietas amplias que no puedan físicamente cubrirse, en especial para actividades como ciclismo o levantamiento olímpico de pesas. Las vitaminas son sugeridas cuando hay cambios en el peso sin motivo conocido, cuyas dosis deberán ser administradas por un profesional.
Esteroides anabólicos. Éstos derivados de los andrógenos, son drogas que generalmente ocasionan efectos no deseados como acné, cambio en el timbre de la voz, problemas de crecimiento y con las hormonas, probabilidad de desarrollar cáncer. Mejor evitarlos.
Régimen alimenticio elevado en glucógeno. Genera mucha retención de líquido, merma en el rendimiento, cansancio e inestabilidad psicológica. No es recomendable en ningún aspecto.