Cómo crear marcas de una mordida de zombie

La forma más sencilla de conseguir un resultado efectista y sorprendente que simule bien el mordisco se consigue con elementos sencillos: pinturas faciales, cera, algodón y látex líquido.

La sangre artificial puede conseguirse a partir de la mezcla de miel líquida, sirope de chocolate, colorante rojo y un poco de azul, diluyendo todo ello poco a poco con agua caliente. Hay que tener la precaución de que no quede demasiado líquida. Otra receta alternativa se realiza con agua caliente, colorante rojo y maicena, que diluiremos poco a poco para evitar que la mezcla nos quede demasiado densa.

Antes de maquillarnos, debemos recordar limpiar e hidratar bien la zona donde deseamos reproducir las heridas y lesiones. Este tipo de maquillaje con texturas puede resecar bastante, por lo que es conveniente realizar estas medidas preventivas. Los mordiscos de zombie quedan muy bien sobre el cuello, la cara, piernas y brazos.

Dentro de la escala de menos a más impactante, podemos imitar un mordisco sencillo con mercromina. El peldaño siguiente se podría conseguir utilizando pegamento blanco escolar y papel higiénico, que recrea texturas muy interesantes una vez seco. Podemos realizar un círculo de unos diez centímetros de diámetro y moldear las improntas de dientes con la ayuda de un bastoncillo de algodón. Una vez seca la pasta, completamos su aspecto con sangre y maquillaje oscuro.

El mejor resultado lo ofrece el látex líquido, que se aplica con pincel sobre la piel y se añade papel higiénico para lograr la textura deseada. La aplicación se seca con la ayuda de un secador de pelo, y se maquilla con la sangre y tonos morados.

Otras heridas y salpicaduras muy efectistas pueden realizarse arrastrando suavemente sobre la piel un estropajo de lanas de acero impregnado en nuestra mezcla de sangre falsa.

 

 

Sobre el artículo

Categorias: Disfraces
Ultima modificación: 12/21/2012