Si se necesitan elaborar unos dientes de vampiro justo en el último minuto antes de la noche de Halloween, no hay por qué asustarse. Siempre y cuando se tenga a la mano una botella de plástico color blanco, todo puede funcionar. Después de eso todo lo que se necesita es una capa, maquillaje y un poco de sangre falsa, con esos elementos el disfraz está completamente listo.
Hay que encontrar una botella, como las que usan para contener el líquido para lavar los trastes, que sea de color blanco. Hay que enjuagar muy bien la botella antes de utilizarla.
Ahora se localiza un área en la botella que tenga una curva, de manera que la curva del labio superior dentro de la boca pueda fácilmente sostenerla.
Se mide la longitud que hay entre los dos dientes centrales superiores hasta los colmillos en ambos extremos, esto se lleva a cabo utilizando un papel o una cinta métrica para tela.
Se dibuja un rectángulo de ¼” de ancho sobre la longitud de la medida que previamente se tomó – probablemente algún número entre 3 o 4 pulgadas – en la botella a lo largo de una curva de la botella. Se dibujan dos dientes que luzcan similares a la parte inferior de una luna menguante, aproximadamente de 1” de longitud y de 1 ½” de separación entre ambas dentro del extremo del rectángulo.
Se cortan los colmillos de la botella. Cualquier aspereza se lima con una lija.
Finalmente los colmillos están listos para colocarse dentro de la boca.