En el cerebro sucede una serie de procesos, cuando observamos a una persona, el cerebro se guía por ciertos patrones para identificarla, lo principal es: la forma horizontal las cejas, los ojos y la línea de la boca; la forma vertical de la boca, la nariz y el entrecejo. El objetivo del camuflaje militar es romper esos patrones, pintando la cara con otros colores diferentes al de la piel, para que el cerebro no pueda identificar fácilmente un rostro al observarlo rápidamente.
Por otra parte la vista capta los colores oscuros como objetos difuminados y alejados y los claros como detallados y cercanos, por tanto en el camuflaje militar se juega con estos tonos para engañar a la vista y confundir los puntos altos y bajos del rostro, pintando las zonas profundas y cóncavas, como las arrugas de las mejillas, alrededor de los ojos, detrás de las aletas de la nariz y dentro de las orejas de tonos claros como verde o gris para que parezca que sobresalen y en colores oscuros, de preferencia negro, la nariz, la frente, la barbilla y las mejillas, para dar la ilusión de que están más alejadas. Este efecto confundirá fácilmente a la vista, ya que no identificará el objeto como un rostro.
Antes de colocar el maquillaje, es bueno tener algunos puntos claro; al maquillar el rostro se comienza con los colores claros, esto ayudará a hacer correcciones de ser necesario, no dejar zonas del rostro sin maquillaje y evitar que el maquillaje quede simétrico, ya que se rompería el efecto de camuflaje.