El disfraz adecuado puede ayudar a que un evento en la escuela pase de ser mediocre a fabuloso. Hace que una presentación sea más entretenida para la audiencia, ayuda a los niños a involucrarse verdaderamente con el personaje y hace que en general una producción luzca más profesional. Cualquier persona puede elaborar un disfraz sin que sea costoso y principalmente si se trata el de un científico.
Hay que buscar una pequeña bata de laboratorio que pueda colocársele a un niño. Si no se puede hallar una batalla laboratorio de dicho tamaño o si adquirir una no está dentro del presupuesto, se puede utilizar una camisa de mayor tamaño siempre y cuando sea blanca. La camisa debe llegar por debajo de la cadera del niño pero no debe ser tan larga como para que llegue hasta las rodillas. Las mangas se enrollan y si es necesario se aseguran en un lugar con un pin.
Ahora hay que abrir un programa de procesamiento de texto en la computadora. La hoja debe tener el tamaño de 3 pulgadas x 5 pulgadas. Y hay que elaborar un distintivo falso con el nombre del científico, el logotipo y la compañía donde trabaja, además de algún título o cargo dentro de la compañía.
Se agrega una imagen pequeña del niño o alguna figura que él elija, tal como un vaso de precipitado o una computadora para completar el distintivo. En una pieza de papel se imprime el trabajo realizado y se recorta del tamaño de una tarjeta de presentación de 3 pulgadas x 5 pulgadas.
Esta tarjeta se mete en una pequeña bolsa de plástico cortada al tamaño de la tarjeta y se le coloca un seguro para ponerla en la bata.
Ahora simplemente hay que colocar accesorios al disfraz. Si la bata tiene un bolsillo, en el bolsillo hay que colocar algunas plumas y lápices. Un par de guantes bastante largos y un portapapeles le darán un aspecto bastante especial al científico. Y finalmente, unas gafas de protección pueden ser el toque final perfecto.