Pippi Calzaslargas es un personaje de la televisión alemana nacido en los años 70. Era una niña muy moderna y liberal que vivía sola con su mono y su caballo de lunares en una casa enorme y compartía sus aventuras con otros dos amigos suyos que vivían cerca de la casa de esta curiosa chica.
Pippi, al ser una niña huérfana, vestía y vivía como le daba la gana, sin atender a cánones de estilo ni reglas parentales que la atasen. Así pues el disfraz de Pippi Calzaslargas es muy extraño. En primer lugar es bastante obvio que necesitamos unas calzas, y estas deben ser unas calzas largas, por supuesto.
Unas calzas son unas medias o leggings que van desde la cintura hasta la punta de los pies y en la actualidad están muy de moda por realzar bastante la figura de los glúteos femeninos. Pues bien, estas medias o panties deben ser de rayas y colores muy exagerados y llamativos. Los zapatos que usaremos son zapatos de niña con hebilla y sin cordones, a la antigua usanza y a poder ser gastados ya que recordemos que Pippi no es precisamente ese tipo de niña que va a comprar ropa, con lo cual toda está vieja y muy usada. Para la parte superior del cuerpo un vestido y una camiseta de manga larga debajo, siempre con colores que no combinen y llamativos.
El pelo deben ser dos largas trenzas con una enorme capa de laca que las mantenga en el aire suspendidas y lejos de la gravedad, son dos trenzas en horizontal. Por último, unas cuantas pecas en la cara.