El trípode puede ser considerado como una de las herramientas imprescindibles del fotógrafo como puede ser la brocha para el pintor. Si bien se puede pensar que no es nada más que un soporte en el que se apoya la cámara, este soporte será el que marque la diferencia entre una foto perfecta y otra que no lo sea.
Un trípode consta de tres patas regulables en altura para adaptarse a cualquier terreno. Un brazo, con el que podremos mover la cámara a la posición que queramos. Un nivel para que la foto salga nivelada y por último la pieza por la cual se une la cámara al trípode, la zapata.
La zapata es una pieza extraíble del trípode la cual se engancha a la parte inferior de las cámaras por medio de un enganche universal que poseen todas las cámaras. Luego una vez unida la cámara y la zapata sólo queda instalarla de nuevo en el trípode.
Para usar un trípode a la hora de hacer fotografías deberemos en primer lugar extender sus patas, luego regularlo en altura y acoplar la carama a la zapata. El trípode también puede regular la altura de la cámara por medio de una palanca que lleva en la base por si necesitamos algo de altura extra. Además, otra ventaja de los trípodes es que sirve tanto para hacer fotos horizontales como verticales.
Gracias a los trípodes lograremos que nuestras fotos no salgan movidas. Además, gracias a los trípodes podrás salir siempre en las fotos de grupo.