El invierno es la época del año en la que nuestra casa permanece cerrada más tiempo. Esto, unido a los grandes avances que ha habido en cuanto al aislamiento de las viviendas hace que se produzca cada vez con mayor frecuencia la condensación del vapor de agua.
Sin embargo, eliminarla nos puede resultar muy sencillo si ponemos en marcha algunos sencillísimos mecanismos. A continuación, te damos un par de consejos que puedes poner en práctica para que tu hogar elimine de manera natural la condensación del vapor de agua.
El primero y más importante de todos es la ventilación. Sabemos que fuera hace frío, pero no se trata de tener las ventanas abiertas varias horas como podríamos hacer en verano, aunque sí abrirlas, al menos, una vez al día. ¿El mejor momento? Cuando nos levantamos por la mañana y andamos a caballo entre la cocina, el cuarto de baño y el dormitorio. La casa ha estado herméticamente cerrada durante toda la noche y como nos estamos moviendo de una habitación a otra no notaremos la sensación de frío. Ya que hemos pasado toda la noche durmiendo la habitación que primero deberíamos airear sería nuestro dormitorio.
El siguiente es secar las superficies que condensen el agua, entre ellas los azulejos de la cocina, la mampara del cuarto de baño o los cristales de las ventanas. Es un truco que aplicado de manera sistemática no nos llevará mucho tiempo pero sí nos evitará futuros males mayores.
Es muy recomendable no secar la ropa dentro de casa ya que es una de las principales fuentes de humedad que podemos encontrar en una habitación. Algunas alternativas son utilizar una secadora o subir a tender a la terraza. Si por alguna razón no pudiésemos llevar a la práctica alguna de estas alternativas lo que sí podríamos es airear esa habitación varias veces al día y evitar el uso de alfombras o cortinas ya que son propensas a acumular humedad.