Llega el buen tiempo, los amigos se reúnen para tomar unas cervecitas y siempre hay alguno al que le encanta encargarse la barbacoa. Actualmente, existen barbacoas que son muy sofisticadas, diseñadas para expertos chefs que se dedican el domingo en cuerpo y alma a vacilar de dotes culinarias ante los cuñados. Sigue leyendo si no entras dentro de este prototipo y lo que quieres es fabricar tu propia barbacoa de una manera económica y fardar de manitas ante los colegas.
Lo primero que vamos a necesitar es un bidón de metal. Lo encontraremos fácilmente en algún polígono industrial o una chatarrería. El primer paso es cortar el barril por la mitad de manera vertical. Los bordes cortarán por lo que vamos a necesitar una lima especial para metal. Tras varias pasadas, los bordes estarán perfectamente pulimentados y evitaremos hacernos cualquier herida. El siguiente paso que tenemos que seguir es lijar el resto del bidón para eliminar así todo resto de pintura y dejarlo preparado para volver a pintarlo.
Si queremos conseguir unos acabados impecables lo primero que haremos será dar una capa de imprimación, así, la pintura que usaremos más tarde tendrá la adherencia adecuada.
Cuando la capa de imprimación esté totalmente seca, pasaremos a dar varias manos de pintura anti calórica. El color lo dejo a vuestra elección pero recordad que tonos oscuros quedan muy elegantes y resaltarán en el jardín.
Llega el momento de decidir qué complementos vamos a usar para nuestra barbacoa. Lo ideal sería tres asas (dos para los laterales y una para la parte frontal), bisagras y cadenas para sujetar la tapa. Utilizaremos tornillos de rosca de metal para fijarlos al cuerpo de la barbacoa.
Finalmente, necesitaremos un soporte de metal en forma de equis en el que reposará la barbacoa. Para mantener las rejillas, podemos soldar unas pletinas de hierro.