Limpiar las zapatillas y las botas de cuero no siempre es fácil y más si queremos que estas presenten un aspecto radiante e inmaculado. Más difícil de lograrlo es cuando no disponemos de los materiales de limpieza necesarios pero debes saber que nuestros abuelos no tenían tantos productos químicos y que siempre iban hechos unos pinceles ¿quieres saber su secreto?
En primer lugar para limpiar las zapatillas se debe realizar con un cepillo y un poco de jabón neutro diluido en agua ya que no generan espuma ni marcas que puedan dañar el tejido. Armados de paciencia iremos frotando con el cepillo toda la superficie de la zapatilla y una vez eliminadas todas las manchas secaremos el calzado con un trapo seco.
Para el caso de las botas de cuero debes saber que no necesitamos productos químicos ni ceras. Nuestros abuelos no disponían de eso ingredientes y realizaban la limpieza de las botas de cuero o el lustrado simplemente con el jugo de una naranja o con una patata. Efectivamente, has leído bien, usando el jugo de una naranja o una patata.
En el primer caso, se limpiara el cuero con el zumo de la naranja y se dejará actuar para luego pasar un trapo por la superficie y darle el aspecto brillante que adquiriría tras la aplicación de la cera. En el segundo caso tan solo deberemos frotar el calzado con una patata partida por la mitad. Esto se debe al almidón que contiene la patata por lo que una vez restregada la patata deberemos realizar el mismo procedimiento que haríamos de usar la naranja, es decir, frotar con un paño para eliminar cualquier resto y ya tendríamos limpias nuestras botas de cuero.