Las persianas venecianas están compuestas de rejillas colocadas horizontalmente que por lo general están hechas de metal, madera, bambú o plástico. Cuando se inclinan hacia arriba o hacia abajo, estas rejillas bloquean el paso de la luz hacia la habitación. Cuando se posicionan de forma paralela una a la otra, permiten que los rayos del sol entren a la habitación. Las rejillas pueden subirse todas juntas hasta la parte superior de la ventana, dejando ver la ventana por completo, o pueden bajarse hasta la parte inferior para cubrir por completo la ventana.
Este tipo de persianas son una lección económica para adornar las ventanas y además están disponibles para ser comparadas en prácticamente cualquier tienda que venda artículos para el hogar.
Las rejillas de las persianas venecianas tienen dos o tres pulgadas de ancho y están disponibles en una gran variedad de colores con terminado mate, nacarado o metálico.
Las cuerdas que encadenan las rejillas son llamadas escaleras. Las escaleras trabajan en conjunto con el mecanismo en el riel superior para elevar o hacer que desciendan las rejillas, así como para inclinarlas con el fin de que se abran o cierren.
La clave para controlar una persiana veneciana es el cordón que cuelga en un costado. Dicho cordón por lo general se ubica en la parte derecha de la persiana. Se debe de tomar por el centro y posteriormente debe elevarse el cordón hacia el centro de la persiana en un arco de aproximadamente 45°. El cordón debe estar a la misma distancia de la ventana como se encontraba originalmente.
Después, el cordón debe tensarse y posteriormente elevarse con la mano hacia donde éste se conecta con el carril superior. Conforme el cordón entre dentro del agujero, la persiana descenderá. Para detener la persiana a mitad del camino, se debe mover el cordón para que vuelva a colgar de manera directa o un poco hacia la parte izquierda. El cordón entonces atrapará la persiana y detendrá su movimiento.