Cómo se transforma una semilla en una nueva planta

El origen de una nueva planta inicia con la semilla, la mayor parte de las semillas que son cosechadas se destinan a la alimentación de animales y humanos. Reservando una cantidad considerable para sembrarlas nuevamente, dando lugar a la siguiente generación de plantas. La calidad y el rendimiento de la cosecha de las semillas dependerán tanto del valor genético y de la capacidad que tiene la semilla para producir plantas sanas y germinar con éxito.

La semilla es el embrión de una planta joven, ésta contiene una gran cantidad de endospermos, almacenados en una dura cáscara. La semilla se encuentra herméticamente sellada, ya que si contuviera aire correría el riesgo de contaminarse y la planta se desarrollaría en condiciones desfavorables, al mismo tiempo es más fácil que la semilla se mantenga con vida hasta la temporada siguiente. La semilla se puede desplazar a terrenos lejanos sin ser contaminada por polvo o partículas dañinas, gracias a su dura cáscara.

La semilla es el estado instintivo de una planta, y se las ha arreglado para buscar maneras de distribución sin ser dañadas, y poder dar lugar a nuevas plantas cuando encuentra el sustrato adecuado y llega la temporada de lluvias.

Algunas formas de distribución son a través de animales que las transportan en sus pelajes y dentro de sus conductos digestivo, eliminándolas intactas mediante el excremento, o incluso con la ayuda del ser humano adhiriéndose a los zapatos y ropa de los campesinos.

La semilla, aparte de cumplir con su función biológica, también ha sido utilizada ampliamente como objeto decorativo.

 

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Categorias: Jardín
Ultima modificación: 12/21/2012