20 pasos para comprar la ropa adecuada

  1. HAGA UN “INVENTARIO”. Antes de comprar ropa, asegúrese bien de lo que tiene. ¿Que ya lo sabe? ¡Ni lo crea! Saque todo lo que guarda en el closet, y “descubrirá” piezas ya olvi­dadas, a las que sin embargo tal vez pudiera sacarle partido. Y también encontrará sin duda muchas que guarda innecesariamente.
  2. TRES PILAS DE ROPA. Haga con la ropa tres pilas: una con las prendas que le son de utilidad, otra con las que definitivamente no va a usar más y otra con las que no sabe exactamen­te qué hacer.
  3. SI TIENE DUDAS, PIÉNSELO BIEN. Ya sabe que va a conservar la primera pila de ropa, y que va a deshacerse de la segunda. Pero ¿qué hacer con la ter­cera? Comience por examinar cada prenda, y probársela ante el espejo. Las que estén deterioradas, no le sirvan, hayan pasado de moda o no le queden bien ¡elimínelas sin mira­mientos! Agregue a la primera pila las que todavía puede usar. Ya verá que esta simple selección bastará para “despejar” su closet.
  4. HAGA UNA LISTA. ¿Ya separó “lo que sirve”? Examine ahora todo con cui­dado, y vaya anotando las piezas que realmente necesita para completar su guardarropa. Y no olvide, claro, llevar en el bolso la lista cuando se vaya de compras.
  5. NO COMPRE TODO LO “DE ULTIMA”. Por supuesto que lo mejor es comprar cosas que se usan. Sin embargo, ¡tenga cuidado con las modas extra­vagantes o muy llamativas! ¿Por qué? Pues porque lo más probable es que pasen pronto, y no le sirvan para la próxima estación. Si compra con un presupuesto limitado (como es el caso hoy de casi todo el mundo), decídase por los estilos clásicos que podrá usar año tras año. ¿Quiere al­gún detalle atrevido de última moda? Seleccione cosas pequeñas y que no tengan mucho valor: chalinas, pulseras de fantasía, algún bolso de poco precio, etc.
  6. LA ROPA: DE BUENA CALIDAD. Esto no quiere decir, por supuesto, que ten­ga que gastarse “lo que no tiene” en los diseños exclusivos de un modista famoso. Pero sí es conveniente que compre la ropa de la mejor calidad posible. ¿Que le encanta la ropa bue­na, pero no puede “estirar” su presu­puesto para comprarla? Segura­mente que sí. Basta conque compre menos prendas, pero mejores, y que esté al tanto de rebajas y realizacio­nes en las tiendas. Y ya verá que a la larga también ahorra dinero. La ropa de buena calidad dura más, entalla mejor y conserva su forma y su color a través de años de uso.
  7. APRENDA A COMBINAR. Si tiene, por ejemplo, un buen traje de falda y chaqueta, ¿por qué no crear en torno a él un “guardarropa en miniatura”?. ¿Cómo? Adquiera blusas, suéteres y pantalones de colores similares o en combinación, y podrá obtener varios juegos diferentes con el mismo nú­mero de piezas.
  8. NUNCA COMPRE UNA PIEZA SIN PROBÁR­SELA. Aun cuando la prenda que le gusta sea de su talla, no la lleve sin probársela antes. La talla varía a ve­ces con el fabricante o con el estilo, y es posible que necesite una mayor o menor. Otra cosa: esa blusa que se ve sensacional en ¡a percha, puede no venir bien con su tipo, y la única forma de averiguarlo es probársela.
  9. ¿QUE TIPO DE FIGURA TIENE? Es impor­tante que sepa exactamente cómo es su figura, para que compre los estilos que le vengan bien: los que minimi­zan sus defecto y realzan sus “pun­tos fuertes”. Por ejemplo, si su cin­tura es muy gruesa, aprenda a disi­mularla con faldas o pantalones rec­tos, chaquetas que la definan o cin-turones. Si tiene brazos muy grue­sos, evite los vestidos sin mangas. Si los tiene muy delgados, decídase por mangas largas no muy ajustadas. Si su cuello es muy corto, le sentarán mejor los escotes en V (evite las blu­sas de “cuello de tortuga”). Y si es alta y gruesa, seleccione colores os­curos y ropa más bien suelta.
  10. TENGA EN CUENTA LOS COLORES Y EL ESTILO. De acuerdo con su tipo y su colorido, hay tonalidades que le sientan y otras que le quedan mal, y lo mismo ocurre con el estilo. Cada vez que compre una prenda de ropa, pregúntese si el color y el estilo vie­nen bien con su tez, sus ojos, sus cabellos y su figura en general. Re­cuerde que lo importante de un vesti­do no es que sea “una belleza”, sino que la haga a usted parecer (y sentir­se) más atractiva.
  11. COMPRE MAS DE UNO. ¿Ha encontra­do una blusa “perfecta”, o un panta­lón o una falda que parecen “hechos para usted”? Compre más de uno en distintos colores, y haga lo mismo si ve unos zapatos bonitos y cómodos. Total, ¡nadie notará que su falda blanca es igual a su falda roja, o que los zapatos grises y los azules tienen el mismo modelo!
  12. GUIA PARA PROBARSE UN VESTIDO. Por muy lindo que sea un vestido, no podrá lucirlo si no le entalla bien. Y para asegurarse de que le entalla bien, siga los pasos que le menciona­mos a continuación:
    • Mírese en un espejo de cuerpo entero desde todos los ángulos. No sólo el frente, sino también la espal­da y los lados.
    • Cerciórese de que las costuras del hombro del vestido coinciden con las líneas de sus hombros (a no ser que el estilo requiera otra cosa). Unos hombros muy estrechos hacen pare­cer escasa y “pobre” la tela del vesti­do. Unos hombros demasiado an­chos dan la impresión de descuido (o de una talla grande).
    • ¿Son largas las mangas? Fíjese si terminan en el hueso de la muñeca. Si son más largas, puede por supues­to acortarlas. Pero si son más cortas, es difícil que haya un arreglo posible.
    • Los pantalones no deben quedar nunca tirantes en la entrepierna ni formar arrugas en la parte de atrás cuando se pone de pie. En cuanto al largo de las perneras del pantalón, deben llegar hasta el talón o, si se trata de un estilo corto, justamente hasta arriba del tobillo.
    • Si una blusa o una chaqueta le queda tirante en el frente, es señal de que necesita una talla mayor. Pe­ro si la siente demasiado amplia es muy posible que necesite una talla más pequeña.
  13. CONFIE EN SU PROPIO JUICIO. ¿Qué es lo más importante en una prenda de vestir? Que la persona que va a usarla se sienta “cómoda” en ella, y que tenga la seguridad de que le queda bien. Por lo tanto, cuando compre cualquier cosa, acostúm­brese a guiarse por su propio juicio. Naturalmente que puede pedir opi­niones (a una amiga, a la vendedo­ra), pero la decisión final debe ser suya. Si tiene alguna duda acerca de si un vestido le sienta o le conviene, es preferible que no lo lleve aunque todo el mundo a su alrededor lo en­cuentre fabuloso.
  14. NUNCA COMPRE ROPA DEMASIADO AJUSTADA. Si piensa que va a verse más esbelta con ella, no puede estar más equivocada. Una prenda excesi­vamente ajustada no sólo la hará pa­recer más gruesa, sino que se ve poco elegante.
  15. EL LARGO DE LA ROPA. Antes de com­prar una falda, un vestido o un abrigo fíjese si es lo suficientemente largo. Siempre es posible acortar una pren­da larga, pero lo contrario no da buen resultado en la mayor parte de los casos. Cuando se suelta un dobladi­llo, casi siempre queda la marca del antiguo doblez aunque se lave y se planche repetidas veces.
  16. EXAMINE LA ETIQUETA. No compre ninguna prenda de vestir sin fijarse antes en la etiqueta que muestra la composición de la tela y el modo de cuidarla. Si no tiene tiempo de lavar a mano un suéter de lana pura o si sus recursos no le permiten mandar a la tintorería una blusa de seda, es preferible que compre ambas piezas de materiales que puedan lavarse en la lavadora. Y si no le gusta planchar o no le sobra el tiempo para hacerlo, es conveniente que compre su ropa (y la de toda la familia) de telas que no se arruguen o se arruguen el mí­nimo. Cuando compre prendas de algodón, por ejemplo, asegúrese de que está mezclado con alguna fibra sintética para que no tenga que plan­charlas cada vez que las lava.
  17. NO CONFIE SOLO EN SU MEMORIA. Cuando vaya a comprar alguna pieza en combinación con otra que ya tie­ne, lo más práctico es que lleve esta última puesta al ir a la tienda. Si no puede, saque un hilo del dobladillo o busque el tono exacto en un mues­trario de colores. Si lo deja sólo a su memoria es muy probable que come­ta errores. ¡Hay tantos tonos diferen­tes en un mismo color!
  18. UNA BUENA INVERSIÓN. La calidad de la ropa siempre es importante, pero cuando se trata de piezas grandes, como un abrigo o un traje de chaque­ta, resulta esencial. Un abrigo de buena calidad, aunque le resulte al­go más costoso, puede durarle mu­cho tiempo. En cuanto a los trajes de dos piezas, puede sacarles mucho partido, ya que sirven para todo. Y es muy fácil cambiar su apariencia combinándolos con diferentes pie­zas menores.
  19. LAS REBAJAS SON BUENAS, PERO…Hay que tener cuidado al comprar en ellas, ya que a veces existe la tenta­ción de adquirir un traje de buena calidad a poco precio sin fijarse de­masiado si sienta bien o si es de la talla exacta. Antes de comprar en una rebaja, recuerde que un traje que no va a usar no es nunca una buena compra.
  20. ¡HAGA COMPARACIONES! Antes de decidirse por un traje, calcule cuánto uso va a darle y compare.esto con el dinero que cuesta. Por ejem­plo, si consigue muy barata una blu­sa que por su forma, su color o su estilo sólo usará una o dos veces al año, tal vez le convenga gastar más en otra, a la que pueda darle bastan­te uso durante la estación.

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Categorias: Moda
Ultima modificación: 06/22/2012