¡Proteja la inversión que ha hecho al comprar su ropa! ¿Cómo? Procurando que dure lo más posible mediante algunas reglas muy sencillas.
Sugerencias
- Si puede, cuelgue la ropa a secar después de que la lave. El calor de la secadora, con el paso del tiempo, va debilitando la tela y destiñendo el color (especialmente los tonos más oscuros). Si tiene que usarla, procure graduarla a la temperatura más baja posible.
- Use cloro o lejía si es necesario… pero solamente de vez en cuando. El exceso de cualquiera de ellos termina debilitando los tejidos,
- No cuelgue las prendas tejidas ni las de punto, ya que correría el riesgo de que se estiraran y se deformaran. Dóblelas a través de un perchero o, todavía mejor, dóblelas cuidadosamente y colóquelas en una gaveta.
- No guarde nunca en el closet la ropa sucia. Lávela siempre antes de guardarla, y conserve en los closets y armarios bloquecitos de cedro, bolas de naftalina o “remedios” similares para ahuyentar las polillas y otros insectos.
- Si le cae una mancha en la ropa, elimínela lo más rápido que pueda. Si la deja permanecer mucho tiempo, es probable que se fije en la tela y le resulte luego casi imposible hacerla desaparecer por completo. Si no tiene tiempo de lavarla de momento, aplíquele por lo menos un quitamanchas y enjuague bien