Cómo ponerse bufandas y pañuelos

Todo dependerá de las características del complemento, es decir, de su forma, su tamaño, su estampado y textura, etc. a la hora de llevar las clásicas bufandas, lo ideal es doblar el largo por la mitad y rodear el cuello, introduciendo las puntas en el pliegue de la tela y ajustándolo a gusto. Se trata de una opción moderna y práctica ya que permite graduar el abrigo. Si la bufanda es realmente larga, puedes dar una vuelta entera al cuello antes de introducirla en el pliegue y obtendrás así la misma versión “reloaded”. Otra manera de llevar la bufanda convencional es dando una vuelta alrededor del cuello y dejando caer por el frente ambas puntas sueltas. Dejarlas a diferente altura, unirlas con un nudo liviano o volcar una sobre el hombro contrario dando una media vuelta más, son todas opciones viables.

Otra opción moderna y muy práctica para el invierno son los llamados cuellos. Se trata de tejidos de forma tubular con ambos extremos abiertos, por los cuales se introduce la cabeza, justamente a modo de cuello. Funcionan como un complemento no sólo abrigado sino también elegante. Este tipo de complemento también puede conseguirse en telas livianas para utilizar en las temporadas más calurosas y de diferentes largos. En este caso, puedes dejarlos caer sobre el pecho formando un cuello volcado o darle una segunda vuelta al cuello después de girarlo sobre sí mismo, si se trata de un cuello largo y liviano.

Los pañuelos en forma de grandes cuadrados, en especial los de estampado tipo palestina, puedes lucirlos mejor si los doblas por la mitad desde las puntas contrarias, obteniendo una forma triangular cuyo pliegue central dejarás bordear la parte frontal del cuello, cruzando las puntas en la nuca y dejándolas caer luego sobre el pecho. También puedes abrirla o fruncirla a tu gusto, atando las puntas en el frente si quedan demasiado largas o te resultan incómodas.

Los pañuelos de forma rectangular puedes lucirlos tomando suavemente sus extremos y dando algunas vueltas a uno de ellos, de modo que quede ligeramente enroscado. Luego, rodeas con él tu cuello una o dos veces, según su largo, y dejas caer las puntas, las atas en un lateral o, una vez atadas, puedes esconderlas. Si es un pañuelo de verano, puedes dejarlo caer libre desde tu cuello o darle sólo una amplia vuelta en trono a él.

 

 

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Categorias: Moda
Ultima modificación: 07/20/2012