Las francesas entienden muy bien todos los detalles cuando se trata de estilo. Su elegancia, que al mismo tiempo se combina con sencillez, tal parece innata cuando se trata del vestuario aunque en realidad todo está perfectamente medido. Usadas de varias maneras, las bufandas dan el toque final a la apariencia de un vestuario que expresa la personalidad de quien lo usa. Hay distintas maneras de envolver una bufanda al estilo francés y algunas de éstas se mencionan a continuación.
El lazo europeo puede crearse doblando la bufanda por la mitad y sosteniendo el doblez con una mano y los dos extremos con la otra. Entonces se lleva la bufanda doblada por encima de la cabeza y se coloca por la parte posterior del cuello. Se abre ligeramente el doblez y se ensartan los dos extremos a través de éste por la parte frontal del cuerpo.
Se cubre la parte posterior del cuello con la bufanda, permitiendo que los extremos cuelguen libremente por el frente del cuerpo. Entonces se toma un extremo, el del lado derecho, con la mano derecha y se lleva hacia el lado izquierdo para enrollarlo holgadamente totalmente alrededor del cuello. El mismo extremo se ensarta por debajo del bucle holgado por el frente del cuello.
Se coloca la bufanda por la parte posterior del cuello con los extremos colgando en la parte frontal del cuerpo. Se toma el extremo de la parte derecha del cuerpo y se ata holgadamente alrededor del cuello dos veces, pasando el extremo a través de uno de los giros al cuello para completar el look. Esto crea un cuello amplio que va bien con chamarras.
Se coloca un extremo de la bufanda en el cuello de un abrigo. La parte sobrante se envuelve alrededor del cuello tantas veces como sea posible, dejando suficiente bufanda al final de las vueltas para que cuelgue sobre el hombro, hacia la espalda. Este método es excelente para los climas más fríos.