Uno de los alimentos más completos que ofrece la naturaleza es el jengibre, el cual además de ser utilizado como condimento en la gastronomía, por dar un sabor y aroma especial a las comidas, aporta también otras propiedades y beneficios muy importantes para el bienestar general del organismo e igualmente es excelente para ser incluido en las dietas adelgazantes debido a sus características. Entre las bondades medicinales que brinda este tubérculo originario de la antigua India, están la de aportar mucha fibra, aceites esenciales como el citral, limoneno, canfeno; minerales como el fósforo, manganeso, silicio, cromo y zinc; ácidos grasos como el oleico y el linoleico; aminoácidos como la histidina, la arginina, la metionina, leucina, niacina, isoleucina y triptófano. Sus efectos adelgazantes están directamente relacionados a su capacidad de incentivar la producción de enzimas que promueven el buen funcionamiento digestivo. Su aporte en fibras facilita la evacuación de desechos del intestino, también incentiva la correcta labor del páncreas y a la disminución del colesterol. Otra de las cualidades del jengibre es la de elevar ligeramente la temperatura del cuerpo, estimulando el metabolismo, lo que por ende hace que el organismo utilice la grasa almacenada como combustible. El apetito se ve considerablemente disminuido al consumir jengibre en la mayoría de los casos. Cuando sienta que tiene mucha hambre, en especial fuera del horario normal de las comidas, prepárese un té de jengibre, que le ayudará a disminuir la actividad estomacal, dándole sensación de saciedad. Deben evitarlo la personas que tengan problemas de coagulación de la sangre, las que estén esperando hijos o estén amamantando, y también las que tengan padezcan de úlceras. El jengibre puede ser consumido en forma de té o infusiones, cápsulas, polvo o jarabe.
