Los bebés necesitan cuidados especiales, especialmente cuando llegan los resfriados y sus consecuencias, como la congestión nasal. Aunque en principio no pueda parecer demasiado grave un bebé depende de la ayuda de un mayor en estos asuntos. Saber cómo ayudar de forma segura es esencial para la salud, la seguridad y el confort del niño. Asegurémonos de usar métodos seguros y eficaces para ayudar al bebé a respirar mejor.
Cuando tienen la nariz congestionada los bebés precisan de líquidos. En estos casos lo mejor es añadir líquidos a la dieta del bebé. Los bebés que reciben pecho se alimentan con más frecuencia que los bebés alimentados con biberón, en cuyo caso pueden necesitar consumir más cantidad de agua. Una mayor ingesta de líquidos puede ayudar a un bebé a combatir un resfriado.
En caso de congestión conviene preparar un baño de vapor para el bebé. Crea una sala de vapor en el baño con la puerta cerrada, y la llave del agua caliente en la ducha. El vapor creado a partir de la ducha caliente ayudará a aflojar la congestión. Recuerde mantener al bebé a una distancia segura del agua caliente.
Utilice aceites esenciales para ayudar al bebé a respirar mejor. Es necesario tener un vaporizador de aire frío cerca del lugar dónde duerme el bebé. La humedad extra en el aire ayuda a despejar los conductos nasales. Aceites como el eucalipto o la lavanda se pueden agregar al agua de algunos vaporizadores para obtener una mayor eficacia. Consulta el manual del usuario antes de añadir nada al agua. Si no se pudieran añadir aceites al vaporizador simplemente ponga un par de gotas de los aceites en una bola de algodón, y manténgala cerca de la nariz del bebé, sin tocarlo, para que pueda respirar los vapores.