Los rayos ultravioletas, también conocidos como UV, son radiaciones o formas de energía que se movilizan dentro del espectro electromagnético. Los rayos UV son medidos según su longitud de onda, siendo llamados ultra porque se encuentra por debajo de la luz o radiación que aún puede ser visible (longitud de onda corta) en forma del color violeta, cuya onda se halla en un rango de emisión de radiación, que va desde los 400 nm (nanómetros, medida de la longitud de onda) y los 200 nm.
Estos rayos ultravioleta están a su vez clasificados según la longitud de las diferentes ondas. Siendo la longitud:
De los rayos UVA que va de los 400 nm a 320 nm, lo cual los ubica próximos al rango visible. El ozono no la absorbe.
De los rayos UVB que va de los 320 nm a 280 nm, cuya mayoría de ellos es absorbida por el ozono, sin embargo no completamente, pudiendo llegar a ser dañina, provocando alteraciones del ADN, melanoma, e incluso se cree que podría alterar otras formas de vida marinas y vegetales.
De los rayos UVC que van por debajo de los 280 nm, siendo la radiación más dañina de todas, la cual afortunadamente es absorbida en su totalidad por el ozono.
Estos rayos actúan de diferentes formas en los seres vivos, siendo sus efectos más o menos nocivos, dependiendo del tipo de rayo UV, el momento y duración de la exposición, y del tipo de piel o fototipo. También pueden dañar la córnea de los ojos, la cual es muy sensible a la radiación de estos rayos.
Si va a exponerse a los rayos solares es muy importante que identifique exactamente el tipo de piel que posee, de modo a obtener el bloqueador solar más apto para su piel y evitar así dolorosas quemaduras o desarrollo de melanomas. Además deberá llevar gafas de sol para también proteger los ojos.
El mismo cuidado debe tenerse con respecto a las duchas y camas solares, que utilizan artefactos de luz que emiten rayos UVA, con el fin de broncear la piel. Estos son igualmente nocivos que la luz natural, si se abusa en su exposición a ellos.