Cómo mejorar tu postura

La adquisición de una correcta postura es uno de los hábitos cardinales que debería consolidar cualquier persona. Mediante una postura correcta no solo se favorece le estructura ósea y los paquetes musculares acompañantes, sino también el sistema inmunológico, la respiración, la circulación sanguínea, los sentidos de la vista y la audición, el equilibrio e incluso la actitud ante la vida.

Como cualquier hábito, requiere de un período mínimo de instrucción y práctica antes de convertirse en puro reflejo, siendo la etapa infantil la más adecuada para su aprendizaje, aunque nunca será tarde para comenzar.

Como la mayor parte del tiempo estamos caminando o sentados, aprender a hacer ambas cosas de forma correcta resulta básico. Sobre cualquier tipo de asiento, pero especialmente durante sus largas horas de escuela, el chico deberá sentarse con la espalda bien pegada al respaldar de la silla.

Claro que esta postura es imposible de mantener permanentemente, pero mientras más tiempo se sostenga, tanto mejor. Ambos pies deberán estar apoyados plenamente sobre el piso, posición que reafirma la anterior. La mirada al frente como resultado de un cuello bien erguido.

Al caminar, el joven se mantendrá lo más derecho posible, dando pasos bien definidos y moviendo ambos brazos con idéntico vaivén. Los libros en una mochila sobre la espalda, para que no desbalanceen el paso ni tuerzan la figura.

Hay varios sistemas de ejercicios posturales, cualquiera de los cuales es válido. Todos hacen hincapié, eso sí, en mantener la columna vertebral lo más recta posible. Sin dudas esa es la clave universal de una postura correcta y de una salud envidiable.

 

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Categorias: Salud
Ultima modificación: 06/27/2012