No son pocas las personas que sienten pánico cada vez que han de tomar un avión; desgraciadamente, para muchos usuarios este miedo se ha convertido en un problema a la hora de viajar. Este temor es conocido como aerofobia, ya que muchas veces está basado en algo irracional. Muchas agencias ofrecen una cuidadosa guía que ayude al pasajero, mediante pequeños trucos, a perder el miedo a volar o, al menos, a no dejar que esto influya en su capacidad para viajar. Hay que recordar que los profesionales que están al cargo del funcionamiento del avión aparte de pilotos y azafatas u otros trabajadores cuentan con una cualificación extraordinaria en el desempeño de sus funciones.
Basa tu miedo en datos objetivos. Si revisamos datos sobre accidentes comprobaremos. Trata de viajar en compañía siempre que puedas; viajar junto a un amigo o a un familiar te dará confianza en ti mismo y te ayudará compartir tus miedos. Sostén sus manos durante el despegue y el aterrizaje.
Realiza trucos de respiración en los momentos más tensos. Si te asusta el aterrizaje, utiliza la respiración abdominal o alguna técnica de relajación para evitar ponerte más nervioso.
Si viajas solo pídele a la azafata que te ofrezca su compañía. Este hecho no debe avergonzarte; lo cierto es que, aunque muchas personas lo desconozcan, ésta es una de las funciones de estas profesionales. Seguro que la azafata te acompañará sin problemas.
Infórmate sobre el funcionamiento del avión y pregunta el por qué de las turbulencias. Muchas veces se desata el pánico porque ignoramos el funcionamiento de este medio de transporte y nos extrañan pequeños movimientos o ruidos completamente normales. Asiste a alguno de los pequeños cursos que algunas de las compañías aéreas ofrecen para perder el miedo a volar.