Entendemos por varices las venas hinchadas debido a una mala circulación en donde la sangre se acumula aumentando la presión en las paredes de las venas deformándolas.
Las varices pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo pero son más comunes en las piernas. Las venas superficiales son más afectadas por esta condición. Sin embargo, las varices también pueden desarrollarse en las venas profundas. Las mujeres tienen más predisposición a ser afectadas por las varices, sin embargo los hombres también pueden padecer varices por tromboflebitis o por la obesidad.
Existen varias causas para la aparición de las varices. Las varices son causadas por diversos factores como por ejemplo la obesidad o el exceso de peso, usar ropa ceñida o botas y cinturones muy apretados, trabajar o estar de pie durante muchas horas al día, factores genéticos, permanecer sentados por largos períodos de tiempo, cambios hormonales propios de la menopausia, estreñimiento, embarazos o la falta de ejercicio.
Las venas varicosas antes de aparecer en su forma evidente ofrecen algunas señales que al ser identificados marcan el momento ideal para comenzar de forma temprana con algún tratamiento natural para las varices. Existen por lo tanto síntomas previos a las varices que podemos detectar.
Entre los primeros síntomas de las varices podemos mencionar la aparición de una sensación de cansancio detrás de las rodillas, sensación de dolor y calambres, una hinchazón en las piernas que puede estar acompañada de picazón, sensación de calor, aparición de manchas de cierto color parduzco en la piel, o la presencia de úlceras o llagas cerca de los tobillos.
Según clasificación CEAP utilizada por angiólogos en todo el mundo hay seis clases de estados en las varices, desde la Clase 0 que no muestra signos visibles de enfermedad venosa hasta la Clase 6, que presenta cambios tróficos con úlcera activa.