Después de las fiestas navideñas, tras tantos menús y comilones, es necesario limpiar tu organismo de los excesos acumulados. Para lograrlo no es suficiente con una simple dieta adelgazante, se requiere actuar en aspectos como alimentación, hidratación, descanso, ocio, actividad física, cuidados corporales e incluso el estado mental.
Para comenzar las comidas irán precedidas de un caldo “alcalino”. Hay que tomar muchas frutas y verduras frescas, crudas o poco cocinadas, con sabores fuertes, como: ajo, cebolla o puerro, ya que poseen antiodixantes, minerales, antibióticos naturales y fitoquímicos protectores. También conviene consumir alimentos antioxidantes y desintoxicantes como espárragos, brócoli, papaya o aguacates.
A la hora de cocinar usaremos hierbas y especias como la cúrcuma, naturalmente presente en el curry, la cayena, el ajo, el eneldo, las semillas de alcaravea o el romero. Usaremos siempre aceite de oliva virgen y evitaremos los fritos y rebozados, ya que la fritura oxida los aceites y duplica las calorías.
Para consumir fibra se comerá legumbres y pan, así como arroz, pastas y cereales integrales, para estimular los movimientos intestinales. Reduciremos el consumo de harinas refinadas y azúcares, que aportan pocos nutrientes y provocan alto índice glucémico.
Por supuesto evitaremos la bollería industrial y otros productos procesados. También reduce al mínimo el consumo de grasas saturadas, tratando de recurrir a productos orgánicos porque contienen más nutrientes y menos pesticidas. Buscaremos y preferiremos los alimentos frescos a los procesados, aunque podemos hacer una excepción con las verduras congeladas. Consumiremos mucha fruta e intentaremos no fumar.
La hidratación también es muy importante, por lo que cada día lo primero que haremos será tomar un vaso de agua con un poco de zumo de limón, además de beber otros siete vasos de agua al día, preferiblemente con limón.