Cuando hablamos o nos referimos al término IMC nos referimos a las siglas correspondientes al Índice de Masa Corporal. Realmente no es complejo calcular este valor, ya que para ello sólo es necesario saber el peso y la estatura de la persona. Se obtendrá dividiendo el peso del individuo tomado en kilogramos entre la estatura en “m” al cuadrado. Es decir, la fórmula sería la siguiente: IMC = kg / m2.
Normalmente se recurre a estimaciones poblacionales relacionando el peso en función de la altura y complexión con las tasas de morbilidad dado que el peso saludable es difícil de establecer. Una forma de evaluar este peso ideal puede ser con el valor del IMC. Este valor estará relacionado con los depósitos grasos del individuo. De cualquier forma el valor es relativo ya que depende de varios factores, fundamentalmente del porcentaje de grasa corporal, pero también de la masa muscular, de la edad o de la complexión del individuo. Así un valor por debajo de 18 se considera desnutrición, mientras que por encima de 30 se considera que el individuo está obeso.
Estos intervalos de valores no se deben de tener en cuenta de forma estricta, puesto que en el peso corporal influyen otros factores, como el porcentaje de grasa corporal, la retención de líquidos u otros. Es decir, una persona con el mismo peso y altura que otra, pero con un porcentaje de grasa corporal inferior se le pueden considerar valores adecuados de IMC más altos que a la segunda, ya que el peso del músculo es superior al de la grasa corporal. Por todo lo dicho, hemos de tener en cuenta que el IMC es un valor que nos puede servir como referencia, pero que no debemos considerarlo de forma rigurosa. Siempre es conveniente realizar una evaluación nutricional.