La pirámide alimenticia o pirámide nutricional es un triángulo que muestra la forma adecuada de alimentarnos, desde lo más recomendable para la salud hasta lo menos nutritivo. Es un recurso didáctico que se propone como guía dietética para la población o un sector de la misma. Muestra en su base los alimentos que deben ser ingeridos diariamente, como por ejemplo cereales y patatas, verduras, hortalizas, frutas, derivados lácteos y aceite de oliva. En la cúspide de la pirámide se muestran las bebidas y alimentos que deben ser consumidos moderadamente.
Las raciones recomendadas de cada alimento son, para el consumo ocasional, las grasas (margarina, mantequilla, salsas), dulces y bollería, caramelos y pasteles, bebidas refrescantes y batidos y productos como los helados, las carnes grasas y embutidos.
Para el consumo diario se recomiendan los pescados y mariscos, las carnes magras y los huevos, que se limitarán a unas 3-4 raciones a la semana; luego tenemos las legumbres, 2-4 raciones a la semana, y los frutos secos, con 3 a 7 raciones a la semana. Productos como la leche, el yogur, y el queso se consumirán entre 2 y 4 raciones al día, mientras que el aceite de oliva puede estar entre las 3 y las 6 raciones diarias. Habrá 2 raciones diarias de verduras y hortalizas, y se consumirán cinco piezas de fruta al día. Para el pan, cereales y cereales integrales, arroz, pasta y patatas se recomienda entre 4 y 6 raciones al día. Se beberán entre 1 y 2 litros de agua al día.
El reparto aproximado de la ingesta diaria debe ser:
Desayuno: 20 % del la ingesta total diaria.
Almuerzo: 10 % de la ingesta total diaria.
Comida: 35 % de la ingesta total diaria.
Merienda: 10 % de la ingesta total diaria.
Cena: 25 % de la ingesta total diaria.