Por todos es conocidos que el agua no engorda, y que a diferencia de otras bebidas su consumo no solo no es perjudicial sino que además es muy saludable. ¿Pero cual es la causa de que el agua no nos haga engordar?
Principalmente el agua no engorda porque es una sustancia acalórica, es decir que el cuerpo la absorbe sin más, sin desprender una energía o se almacene entre el tejido adiposo. En la composición del agua sólo encontramos hidrógeno y oxígeno, átomos que al ser metabolizados no desprenden calor, al contrario de lo que pasa con el carbono. Si se ingiere agua evidentemente se aumenta de peso, pero la cantidad es realmente inapreciable, y una vez el agua es asimilada el peso de la cantidad de agua ingerida desaparece.
Por ello a la hora de engordar o de adelgazar hemos de tener en cuenta que en este caso lo que importa son las acumulaciones de grasa, con las que el agua no tiene nada que ver. Que sudemos, que orinemos, que bebamos más o menos agua, no será lo repercuta en nuestro peso.
El agua tiene un elemento que sacia y por eso se recomienda su consumo con la comida. Si mientras comemos bebemos cualquier líquido, nos saciaremos antes. Cuando en ocasiones estas comiendo con mucha sed y a cada minuto bebes, es cuando notas que no te cabe más comida, que estás lleno/a y no te acabarás el plato.
Beber agua mientras se come en ocasiones es utilizado precisamente para eso, para llenarnos antes y así comer menos alimentos que realmente aportan calorías. Si repartimos las comidas en 5 ingestas a lo largo del día se evitarán atracones, que eso sí son causa de la mayoría de los casos de obesidad.