Aquella enfermedad comúnmente conocida como “enfermedad del beso” es producida por contraer el virus llamado Epstein-Barr, y el padecimiento que genera este virus es la mononucleosis, la cual presenta síntomas parecidos a otras enfermedades como la amigdalitis o faringitis, los cuales pueden inicialmente confundir el diagnóstico con éstas, ya que se dan ganglios inflamados y dolor de garganta.
Es una enfermedad que se contagia por medio de la saliva, de allí su nombre “enfermedad del beso”, aunque igualmente puede se puede transmitir por la utilización de los mismos cubiertos entre varias personas o también, en algunos pocos casos, mediante las relaciones sexuales.
Notablemente esta enfermedad suele ocurrir con mayor incidencia en la población adolescente, y también en los infantes menores cuya edad esté por debajo de los 5 años, lo que implica que la mayoría de los adultos están expuestos a lo largo de su vida a este virus de la mononucleosis. Sin embargo, una vez que la enfermedad haya sido contraída, difícilmente vuelva a desarrollarse pues el organismo logra inmunizarse definitivamente.
Actualmente aún no se han desarrollado vacunas contra el virus Epstein-Barr, por lo que se debe tener en cuenta que el contagio puede darse en cualquier momento al interactuar normalmente con las personas. A pesar de esto, es un padecimiento considerado benigno, cuyo tratamiento sencillo es el descanso y la administración de medicamentos para contrarrestar la fiebre si es necesario; excepto en casos extremos en donde puede llegar a afectar el bazo.
Muchas veces pueden no presentarse síntomas notables de mononucleosis, pero es bueno saberlos. Éstos síntomas pueden ser muy similares a los de la gripe, como dolor de garganta, fiebre, tos, náuseas, fatiga, dolor de cabeza, ganglios inflamados y en los casos más extremos, inflamación del bazo y otros síntomas inusuales.