La uva es una fruta que ha sido consumida alrededor del mundo desde tiempos ancestrales, en muchas antiguas civilizaciones, habiendo formado parte del cotidiano de la humanidad, no solo por su delicioso sabor, sino también por la inmensa cantidad de beneficios para el organismo, por estas razones no es extraño que aún hasta nuestros días ocupe un lugar primordial dentro de nuestra dieta.
Entre las principales especies de uvas están la Vitis Vinifera (europea), la Vitis Labrusca y Rotundifolia (norteamericana) y las provenientes de Francia, siendo algunas de éstas, según su especie, destinadas para su consumición en su forma fresca, para elaborar vinos y otras para consumirlas secas o en forma de pasas.
Entre sus principales componentes están el resveratrol (que retrasa el envejecimiento de todo el organismo), las antocianinas (uvas rojas), también son de un reducido aporte calórico (69 kcal) lo que las hace excelentes para dietas de reducción de peso, o para incluirlas regularmente en la alimentación, además de carecer de colesterol. Posee minerales como el manganeso, el cobre y el hierro, también vitaminas A, K, C, B (algunas) y carotenos.
Todas éstas bondades ayudan a mitigar los fuertes dolores de cabeza, a prevenir enfermedades cardiovasculares, a controlar el nivel de colesterol, además de ser anticancerígena. Ayuda a desintoxicar el organismo, es diurética, previniendo y solucionando problemas de estreñimiento, es excelente fuente de energía en forma de hidratos de carbono y glucosa, estimula la buena circulación sanguínea fortaleciendo las venas, mantiene al sistema nervioso central en buenas condiciones e incentiva el buen funcionamiento y fortalecimiento del sistema inmunológico.