Los alimentos de origen transgénico son aquellos que han sido alterados en su propia genética o incluso, agregándoles a su genoma original, genes provenientes de otros organismos, creándose así un nuevo material o información genética, la cual implica al mismo tiempo, nuevas características del alimento, en comparación al original, como ser, mayor fortaleza para soportar la presencia de ciertas plagas que pueden afectar el cultivo, también resistencia a los herbicidas y en algunos casos, mayor aporte nutricional.
Mediante ingeniería genética, se logran aislar y transferir porciones del ADN de un organismo en particular, a otro organismo diferente, esto eventualmente lleva a la generación de un nuevo organismo con características de otros, las cuales generalmente son las que aportan mayor resistencia, mejor productividad, apariencia, entre otras.
A pesar de los aparentes beneficios generalmente promocionados en relación a los alimentos transgénicos, existe sin embargo gran oposición con respecto a que sus soluciones al mismo tiempo implican un gran exterminio de la biodiversidad, el alto uso de pesticidas los que incluso ya vienen incorporados en las semillas, además de la modificación genética misma del alimento que también puede ser vista como contaminación genética la cual una vez establecida, se propaga a sí misma en la naturaleza al multiplicarse, lo que a la larga en su consumo, afecta la salud haciendo que los órganos y sus células funcionen inadecuadamente.
Todo esto inevitablemente afecta a nuestra salud, con el paso del tiempo y la toxicidad acumulada de los químicos en el organismo, los cuales si no son eficientemente eliminados, irán afectando funciones tales como la capacidad de ser fértiles, los antibióticos ya no podrán tener el mismo efecto que antes, debido a que algunos alimentos transgénicos utilizan genes antibióticos, e incluso aparición de alergias.
Las únicas ventajas las obtienen los grandes productores y laboratorios al incrementar su producción, haciendo a las plantas resistentes a plagas o infecciones, mejorando su apariencia, etc.
Actualmente es muy difícil evitar consumir alimentos derivados de los transgénicos, en especial las carnes pues los animales son alimentados con pienso transgénico. Aunque existe un campaña global de consumidores exigiendo que los productos transgénicos sean debidamente etiquetados, que paulatinamente está ganando fuerza en algunos países, por esta razón es importante leer las etiquetas de los productos y conocer de qué están hechos, antes de comprarlos y si está en su posibilidad, optar por lo no modificado.