Se entiende por primigesta aquella mujer que está embarazada por primera vez. También se usa el término primigrávida.
Las mujeres que están embarazadas por primera vez se enfrentan a un reto psicológico y físico. En ocasiones tienen que cambiar de hábitos para empezar a cuidar su salud, alimentándose de la manera adecuada, para que el feto pueda desarrollarse correctamente. Además tienen que asimilar los cambios que se producirán en su cuerpo.
Es conveniente que las madres primerizas acudan a formación preparatoria para el parto. El trabajo de parto y el parto es lo que usualmente más preocupa a las primigestas, y el asesoramiento de especialistas puede ayudarles a permanecer más tranquilas.
Los cambios sociales que hemos experimentado en las últimas décadas, entre ellos la incorporación de la mujer al mundo laboral, han provocado que la edad en la que la mujer tiene su primer embarazo haya aumentado.
Las primigestas que son mayores de treinta y cinco años tienen más riesgos de sufrir complicaciones durante el embarazo. Por ejemplo, tienen una mayor probabilidad de desarrollar presión arterial alta o diabetes durante el embarazo, tienen más problemas en la placenta como la placenta previa y más posibilidades de tener un parto prematuro. También tienen mayor riesgo de dar a luz un niño con defectos de nacimiento, especialmente con ciertos trastornos cromosómicos como el síndrome de Down (o trisomía 21). Asimismo es más elevado el índice de abortos espontáneos, debido a la mayor incidencia de anomalías cromosómicas que producen embriones inviables.
Para reducir los riesgos de un embarazo primerizo siendo mayor de treinta y cinco años, es necesario que estas primigestas tomen complementos vitamínicos, antes del embarazo y durante la primera etapa del mismo.