Según millones de personas, entre ellas las propias madres, no hay proceso más maravilloso e increíble que se pueda experimentar que el proceso del embarazo. El poder ser testigo de los cambios que el cuerpo va sufriendo, ver cómo éste se va adaptando para la nueva vida que se está generando en el interior de la madre, pero sobre todo, notar cómo ese pequeño feto se va desarrollando tan rápido.
En cada mes del embarazo, el bebe va desarrollando cada parte de su cuerpecito, haciendo que los cambios en la mamá sean tan tangibles.
En el sexto mes de embarazo, el feto ya tiene su piel totalmente desarrollada, es roja, arrugada y cubierta por un fino vello. Por lo general en esta etapa, el feto todavía es pequeño, teniendo un tamaño aproximado de 30 cm y un peso de menos de 650 gramos.
Sus pulmones no están preparados aún para salir y respirar por su propia cuenta. Si naciera en el sexto mes, seguramente tendría que estar bajo cuidados intensivos para poder sobrevivir. Sus ojos comienzan a abrirse y sus brazos y manos comienzan a formarse.
Por otra parte, el cuerpo de la madre continúa teniendo más cambios, puede sentir los movimientos de su bebé. En el sexto mes por lo general se suelen acumular unos 7 kilos de peso. La piel de su vientre tiene sensación de ligeros cosquilleos y pueden comenzar unos leves dolores de espalda, por lo que es recomendable no mantenerse mucho tiempo de pie, ni usar zapatos que tengan tacón alto.
En este mes es justo el momento ideal para iniciar algún curso propedéutico, también conocido como curso de preparación para el parto, en el cual especialistas en el área de ginecología y obstetricia, muestran e instruyen a la futura mamá (y en muchos lugares incluyen el apoyo del padre) cómo llevar a cabo ciertos ejercicios y rutinas pélvicas que puedan facilitar el proceso del nacimiento a la hora del parto.