¿Tienes prisa y nada más salir de casa te das cuenta de que no te acuerdas dónde tienes aparcado el coche? ¿Has confiado en tu memoria y no has tomado nota de una tarea sencilla pero luego no tienes forma de acordarte de que era aquello tan importante que tenías que hacer sin falta? Si te resultan familiares estas situaciones y has pensado en un sinfín de otras situaciones similares entonces sabes que a veces la memoria nos gasta una mala jugada.
Estos episodios son normales y habituales y no tienen porque significar que padezcamos algún tipo de enfermedad mental. No hace falta ser alarmistas. El motivo por el que nuestra mente tiene pérdidas de lo que se conoce por memoria transitoria es muy frecuente y se puede deber a algunos factores que detallamos a continuación.
En primer lugar, algo tan sencillo como no descansar las horas recomendadas puede afectar a nuestra actividad mental. Esto se debe a que la acumulación de cansancio puede provocar diversas dificultades a nuestra capacidad de captación de información y su posterior recuperación.
El consumo de drogas también puede ser causante de que nuestra memoria a corto plazo se vea afectada. Lo mismo ocurre con la gran ingesta de alcohol que puede hacer que no nos acordemos de nada de lo que hicimos durante la noche anterior.
Si fumamos como un carretero también podemos sufrir pérdidas asiduas de memoria ya que se fumar perjudica seriamente la cantidad de oxígeno que llega al cerebro lo cual provoca que no funcione con normalidad.
Junto a estas causas también podemos encontrar la pérdida de memoria por efecto de determinados medicamentos por lo que en terminar el tratamiento o no consumir sustancias dañinas para nuestro organismo y descansando las horas recomendadas volveremos a disfrutar de una buena memoria.